
Qué desespero! Corre aquí, corre allá... (y la cocina encendida).
Llama al vecino, a la vecina... Ayuda!!!!!
Por fin, después de casi una hora interminable, de intentar saltar por la pared que nos divide,
de intentar romper la cerradura,sin lograrlo.., mi vecino, después de luchar y luchar (sin escalera, porque no la había), logró pasar a mi casa, y gracias a que la puerta que da al patio trasero estaba abierta, pude respirar tranquila....
Moraleja: Pendientes con las cerraduras de las puertas.
Reflexión: El vecino es tu familia más cercana.
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