miércoles, 23 de septiembre de 2009

Buen viaje...


Se me alejan los afectos. Hoy mi sobrina,siguiendo los hilos del amor y la superación personal, se fue a otro país.
Un país al cual, por sus genes paternos, está muy ligada.
Sin embargo, aún cuando sé que en ese lugar será feliz (es mi deseo que lo sea, por supuesto), no puedo dejar de sentirme triste, porque sé que para verla nuevamente pasará mucho tiempo, y aunque no lo manifestemos abiertamente, tendemos a ser egoístas con los amores, sean estos fraternos, románticos, platónicos,... etc. 
Así es la naturaleza humana.
Pero dentro de toda esta mezcolanza de sentimientos, no puedo dejar de agradecer estar viviendo en esta era de los avances tecnológicos. Una separación como ésta, en otro tiempo, hubiera significado el rompimiento casi total de comunicación entre la familia, los amigos, los quereres.
Hoy no. Gracias a la maravilla del Internet, y con él toda esa gama de herramientas espectaculares,(el criticado y amado -u odiado- Facebook, la magia de Skipe, el messenger de siempre), podemos comunicarnos con una velocidad, con una facilidad que ya hubieran querido disfrutar nuestros hermanos de otros tiempos.
O, sin ir muy lejos, nosotros mismos, los que ahora somos llamados elegantemente "adultos contemporáneos", cuando nos tocó vivir esa época en la cual para saber de algún ser querido, o para dejarle saber cómo estábamos, teníamos que conformarnos con la cartica que, por supuesto, llegaba después de muchos días, cuando ya lo escrito en ella era noticia vieja.
Y bueno... cuando era algo urgente... Dios! Se recurría al telegrama: Corto, muy corto y que dejaba a quien lo recibía con mil preguntas sin responder.
Hoy todo es muy fácil, muy sencillo...Lo que me hace predecir que la lejanía de mi sobrina (de mis sobrinos) no será tanta. Eso espero.



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